Aquí el individuo debe aprender a
aceptar cambios revolucionarios en sí mismo, así como en las condiciones de
vida. Se aferra tenazmente a antiguos modelos de comportamiento que le
sirvieron bien en antiguas encarnaciones. Avanza laboriosamente por la vida,
gastando tanta energía física hasta el punto de no ver ninguna otra posibilidad
que la existencia esforzada que conoce.
Cuenta con una fuerte necesidad de
seguridad que cada cosa que involucre un cambio lo paraliza. También la gran
necesidad de posesión hace que le sea difícil disfrutar de lo que no posee
personalmente, en consecuencia, se dedica a librar largas batallas de posesión
sobre otras personas, cosas e ideas. Se aferra tercamente a todo aquello que
encuentra en su camino, con el resultado de cuanto más acumula tanto más se
siente atrapado.
El camino hacia su nodo norte en Escorpio, produce en esta persona una completa transformación. Empieza entonces
a eliminar antiguos modelos de comportamiento, las nuevas experiencias le
enseñan a cortar nítidamente con las ataduras, que no le permiten avanzar. Es
un eje nodal donde la experiencia se basa en no poseer, y dejar de lado lo
acumulado, para profundizar en uno mismo, y encontrar allí las respuestas.
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